Siempre hay un siempre,
donde reside el misterio
y se engrandece la mente.
Donde calcular es fácil,
porque no existe el miedo
a perder lo que uno siente,
aunque no camine a ras del suelo.
Hay un momento preciso
para cada instante,
donde el reloj nunca se para
aunque no queramos que ande.
Donde la primavera es eterna
si contemplo tus ojos.
El deseo que nos viste
con extraña dulzura,
puede ser un futuro otoño de hoja caduca.
Viendo pasar el tiempo
siempre hay un siempre
donde se siembra,
y se recoge
lo que se hace en el presente,
aunque uno cierre los ojos
y quizás,
por siempre sueñe.
Si tú me dices ven
preparo la maleta
y con futuro incierto,
me marco el destino
con hilos de marioneta.
Visualizo la aventura
de la expedición del subconsciente.
Nada marca más mi destino
que los hilos de quererte.
Pasaré hambre,
sed y lágrimas.
Nada ya me importa,
si eres tu quien me llama
para pedirme que me quede,
al lado, de donde nace el alma.
Y encontraré en ti el refugio
o quizás el desespero.
Dibujarte es un inicio
del no quedarse solo.
Porque en fin,
ya sabes
por ti,
lo dejo todo.
Y aunque sé que no debo abusar,
siempre me da por pecar,
cuando estoy cerca de ti.
Ya ves,
nada puedo hacer.
Sólo dejarme llevar.
Contigo es siempre quiero,
pues el quizás no existe,
el jamás se equivoca
y es palabra triste
que no quiero pronunciar.
Pero la realidad está presente
y se dibuja en mi mente,
como aquel monstruo fiero
que debo domesticar.
En tu universo paralelo
hay más estrellas en tu cielo.
No te preocupes,
lo entiendo.
Sólo aspiro ser
un instante en tu vida,
que quizás con mucha suerte,
se dibuje en el presente
de un futuro floreciente.
Por si acaso no es suficiente
con esta condición,
te mostraré mi corazón.
Será un poco arriesgado
mostrar mis sentimientos,
por lo que pueda pasar...
Quizás mi telaraña
se convierta en un trampa
de la que no puedas escapar.
El buen cristal es transparente
y deja ver, siempre,
toda la verdad.
