martes, 27 de diciembre de 2011

Días de un ayer

Ya lo sé que no soy tuya,
pero déjame soñar despierta
con aquello que viste
de amor mi amargura.
Lo que se pinta de rosa palo
aunque tu lo veas negro,
pues la ilusión sólo tiene un color,
el que disfraza la pasión 
que por ti yo tengo.
No quiero que escuches 
ya más mis lamentos.
Me iré por donde vine,
como siempre en silencio.
Días de un ayer escrito
en un paréntesis de tiempo,
que yo no quiero olvidar
aunque tu, 
ya lo hayas hecho.
El cordel que a ti me ataba
se rompió de repente
y el cabo que dejo suelto
me dejó huérfana, 
de corazón y mente.
Pero no te preocupes
aunque mis lágrimas resbalen
yo seré fuerte
para no decirte otra vez,
que mi amor nació del hambre
y de la sed de quererte.









viernes, 23 de diciembre de 2011

Dime si algún día fue mañana

Paseando en calle estrecha
recuerdo tus pormenores
que algún día fueron míos.
Y entre lágrimas traviesas
recorriendo mis mejillas
encontré el salvavidas
que guió mi corazón.
Dime si algún día fue mañana
si la ternura fue quererme,
si el amor no fue mentira
ahora vestido de dolor.
Pues la ilusión de una niña
se dibuja en la arena
de una playa en primavera,
donde el mar
por la noche,
recoge siempre estrellas
dibujando su sabor.
Y aunque nadie se lo espera
la sonrisa siempre vuelve asomar.
La vida es muy sabia
y nos enseña su camino
cada vez que volvemos a andar.
De recuerdos no se vive
aunque sí se sobrevive
si se puede respirar.
En ti he encontrado el oxígeno
que me permite vivir el tiempo
que necesito disfrutar.
Cuando cierro mis ojos
y intento dormir mis sueños
hay algo que aparece siempre
con una sonrisa dibujada.
Es la cara de un ángel
que seca mis lágrimas
derramadas en la almohada.
Dime si algún día fue mañana
para despertar de madrugada
y hacerlo sin dolor,
pensando que fue otro tiempo
el que pasó por calle estrecha
cantando tu canción.







lunes, 5 de diciembre de 2011

Dicen que...

Dicen que saben
que cuentan que escriben,
que quieren y aman,
que piden estrellas,
bajo el mar de la calma.
Que escuchan palabras
de bocas cerradas,
con lenguas calladas
a sentimientos atadas.
Que no tienen miedo
del más feroz silencio
que inunda su alma,
pues todo tiene su tiempo
y su pausa.
Dicen que saben
verdades contadas, 
mentiras guardadas
y besos que arden
en sueños de plata.
Tesoros ocultos
de ladrones de pequeñas hadas.
Y aunque en toda sonrisa
haya lágrima callada,
la felicidad es una llama prendida
cuando dicen que saben
que cuentan que escriben,
que quieren y aman,
que piden estrellas,
bajo el mar de la calma.