En inquietante suspiro
el sigilo se mece
por no hacer ruido,
no sea que la fiera despierte
de sus instintos dormidos.
Y allí quieto permanece
como en invernal letargo
esperando que el tiempo mejore
para atrapar a su presa,
en la trampa de sus besos
cuando ella,
no está mirando.
Su fragilidad es sólo escaparate
de su alma valiente,
que se esconde prudente,
por temor al engaño.
Mintiéndole a su deseo
te dice que no te quiere
y se muerde las ganas,
de decirte
te quiero para mi para siempre.
El reto consiste
en no sufrir demasiado
si es eso prudente,
puesto que morir bien despacio,
no entraba en sus planes.
Extraño tormento
aquel que desnuda te imagina
y no puede borrar
que lo que quiere no es pensarte
sinó tenerte,
por siempre en tus brazos.
Pedacitos sin papel
miércoles, 18 de abril de 2012
martes, 31 de enero de 2012
No hay nada de lo dicho
No hay nada de lo dicho.
Sólo un pedazo de tiempo distinto.
Todo sentimiento,
prescribió como lo viejo
y se olvidó,
entre los polvorientos trastos
de mi pequeño armario.
Allí los dejo
pues no tengo valor de retirarlos.
Será que aún pienso
que todo,
fue un mal sueño.
Cuando llega el frío invierno,
me tapo con mis miedos
acurrucada entre la espada y la pared,
marcada de hechos.
¿Será que siento
aún tonta de mi,
recorrer mi cuerpo
con tu aliento?
El sabor de tus labios
el calor de tus besos,
que se pierden
en frío recuerdo.
Y esperando primaveras
intuyo presentimientos
de que voy a volver a encontrar
quizás,
otras manos ardientes de deseo
que me hagan el amor
olvidando esos miedos.
Cerraré de nuevo los ojos
y volveré a soñar
lo que caducó con el tiempo.
El deseo es un ardid
consumido por el cuerpo
deshojado con amor
de aquel,
que cumple un sueño.
Olvida que te quise
pues yo ya te olvide
des del minuto primero
que marchaste,
del que fue también tu lecho.
No hay nada de lo dicho.
Sólo un pedazo de tiempo distinto.
Todo sentimiento,
prescribió como lo viejo
y se olvidó,
entre los polvorientos trastos
de mi pequeño armario.
Allí los dejo
pues no tengo valor de retirarlos.
Será que aún pienso
que todo,
fue un mal sueño.
Cuando llega el frío invierno,
me tapo con mis miedos
acurrucada entre la espada y la pared,
marcada de hechos.
¿Será que siento
aún tonta de mi,
recorrer mi cuerpo
con tu aliento?
El sabor de tus labios
el calor de tus besos,
que se pierden
en frío recuerdo.
Y esperando primaveras
intuyo presentimientos
de que voy a volver a encontrar
quizás,
otras manos ardientes de deseo
que me hagan el amor
olvidando esos miedos.
Cerraré de nuevo los ojos
y volveré a soñar
lo que caducó con el tiempo.
El deseo es un ardid
consumido por el cuerpo
deshojado con amor
de aquel,
que cumple un sueño.
Olvida que te quise
pues yo ya te olvide
des del minuto primero
que marchaste,
del que fue también tu lecho.
No hay nada de lo dicho.
jueves, 26 de enero de 2012
Alas en mi espalda
Tus caricias
dibujaban alas en mi espalda
recorriendo precipicios y laderas.
Donde quiero que detengas
siempre tus intenciones
y pintes corazones
con mis ganas eternas.
El tiempo allí,
dicen que ya no corre
sino vuela,
acentuando las pasiones
de nuestros cuerpos en vela.
Ya no tiemblan nuestras manos
pues acostumbradas están
al calor de los abrazos,
a los besos continuos
que ya saben
cual es el recorrido de mis labios.
Y no pienso en el mañana
sino en el ahora del tenerte
pues no quiero perderte
ni un segundo de mi vida.
La imagen suspendida
en mi mente se detiene
cuando pienso que tu cuerpo
sé que no pertenece.
La magia es un instante
suspendido en el tiempo
que siempre es largo
cuando no llega
y corto cuando muere.
dibujaban alas en mi espalda
recorriendo precipicios y laderas.
Donde quiero que detengas
siempre tus intenciones
y pintes corazones
con mis ganas eternas.
El tiempo allí,
dicen que ya no corre
sino vuela,
acentuando las pasiones
de nuestros cuerpos en vela.
Ya no tiemblan nuestras manos
pues acostumbradas están
al calor de los abrazos,
a los besos continuos
que ya saben
cual es el recorrido de mis labios.
Y no pienso en el mañana
sino en el ahora del tenerte
pues no quiero perderte
ni un segundo de mi vida.
La imagen suspendida
en mi mente se detiene
cuando pienso que tu cuerpo
sé que no pertenece.
La magia es un instante
suspendido en el tiempo
que siempre es largo
cuando no llega
y corto cuando muere.
viernes, 20 de enero de 2012
Era eso, sólo esperar al tiempo
Llegué
cuando el alba empieza hacerse fría
y busca calentarse
en los amores de la noche.
En tu almohada sólo errores
de lágrimas pasadas.
El vacío se recortaba
y pegado se enganchaba
a un corazón herido.
Al querer cerrar los ojos
como en sueños escuché
de nuevo mi nombre.
Sólo eran los recuerdos
de una alma vacía
que buscaba llenarse
con ecos de otras madrugadas.
Me acomodé
y esperé tiempos mejores.
Era eso,
sólo esperar al tiempo.
Y conté de nuevo madrugadas,
lágrimas en almohadas
y sentimientos perdidos.
Y desperté
en medio de la nada
donde brillan las espadas
después de haberlas pulido.
Ya estaba preparada.
Ya murió mi sentimiento
que a ti,
me tenía atada.
La perspectiva cambia
si la valentía manda.
Y sentada en mi cama
ahora pienso...
era eso,
sólo, esperar al tiempo.
cuando el alba empieza hacerse fría
y busca calentarse
en los amores de la noche.
En tu almohada sólo errores
de lágrimas pasadas.
El vacío se recortaba
y pegado se enganchaba
a un corazón herido.
Al querer cerrar los ojos
como en sueños escuché
de nuevo mi nombre.
Sólo eran los recuerdos
de una alma vacía
que buscaba llenarse
con ecos de otras madrugadas.
Me acomodé
y esperé tiempos mejores.
Era eso,
sólo esperar al tiempo.
Y conté de nuevo madrugadas,
lágrimas en almohadas
y sentimientos perdidos.
Y desperté
en medio de la nada
donde brillan las espadas
después de haberlas pulido.
Ya estaba preparada.
Ya murió mi sentimiento
que a ti,
me tenía atada.
La perspectiva cambia
si la valentía manda.
Y sentada en mi cama
ahora pienso...
era eso,
sólo, esperar al tiempo.
domingo, 8 de enero de 2012
Siempre esperando
Y en tu lecho yazgo
entre tus desnudas sombras
y nuestros cuerpos,
siempre esperando
a que el deseo arda,
con nosotros dentro.
No hace falta que nos digan
como apagar la llama
pues ésta,
con nuestros besos,
siempre permanece encendida.
Palpo.
Siento premura
cuando no te tengo.
Y no imagino ya mis noches
sin eterna locura
de sábanas blancas
y oscuros deseos.
Pues como el tango
a mi me gusta bailar con tu cuerpo
haciendo el amor
contigo dentro.
Siempre que quiero y siento
no hay espacio y tiempo
pues no me importa perderlo
si gano algo a cambio.
Cuando el día huye de mis manos
y me encuentro con tu alma,
pienso,
que suerte tengo
de no tener que soñarte,
para tenerte a mi lado.
entre tus desnudas sombras
y nuestros cuerpos,
siempre esperando
a que el deseo arda,
con nosotros dentro.
No hace falta que nos digan
como apagar la llama
pues ésta,
con nuestros besos,
siempre permanece encendida.
Palpo.
Siento premura
cuando no te tengo.
Y no imagino ya mis noches
sin eterna locura
de sábanas blancas
y oscuros deseos.
Pues como el tango
a mi me gusta bailar con tu cuerpo
haciendo el amor
contigo dentro.
Siempre que quiero y siento
no hay espacio y tiempo
pues no me importa perderlo
si gano algo a cambio.
Cuando el día huye de mis manos
y me encuentro con tu alma,
pienso,
que suerte tengo
de no tener que soñarte,
para tenerte a mi lado.
sábado, 7 de enero de 2012
Nunca más volverá a suceder
Perdona si alguna vez te quise.
Nunca más volverá a suceder.
Ya hice cruz y raya en tu papel
para olvidarme,
de aquel que vistió su nombre
en mi alma del querer.
Perdona si alguna vez te dije
que fuiste lo mejor que tuve
y yo, me lo llegué a creer.
Y por perdonar perdona
el no saber darme cuenta
que tu a mi
no me quisiste nunca
y nunca lo supe ver.
Llevaba en los ojos una venda
que no me dejaba saber
que la vida real era otra
y no, la que pensaba tener.
Sólo quiero que sepas
que contigo,
ya no voy a volver
voy a dejar que respires
si es que alguna vez
piensas, no te dejé.
Y yo me levantaré con ganas
de volver a otro querer
pues ya nadie me hace creer
que mi camino ha terminado,
si a tu lado,
no puedo crecer.
Perdona si alguna vez te quise.
Nunca más, volverá a suceder.
Nunca más volverá a suceder.
Ya hice cruz y raya en tu papel
para olvidarme,
de aquel que vistió su nombre
en mi alma del querer.
Perdona si alguna vez te dije
que fuiste lo mejor que tuve
y yo, me lo llegué a creer.
Y por perdonar perdona
el no saber darme cuenta
que tu a mi
no me quisiste nunca
y nunca lo supe ver.
Llevaba en los ojos una venda
que no me dejaba saber
que la vida real era otra
y no, la que pensaba tener.
Sólo quiero que sepas
que contigo,
ya no voy a volver
voy a dejar que respires
si es que alguna vez
piensas, no te dejé.
Y yo me levantaré con ganas
de volver a otro querer
pues ya nadie me hace creer
que mi camino ha terminado,
si a tu lado,
no puedo crecer.
Perdona si alguna vez te quise.
Nunca más, volverá a suceder.
lunes, 2 de enero de 2012
Cristalina
De tu espalda mojada
baja cristalina y lenta el agua,
paseándose por tu cuerpo
con lentitud medida.
Acariciando tu piel a cada gota
recorre tu armadura,
donde mi lanza
marca el punto
donde quizás los secretos,
pierdan todos los miedos
y se mojen de verdad.
Ya no sé que contestar
a preguntas sin respuesta,
pues que el agua moja
es tan inevitable
como el quererte besar.
Y te observo con cautela,
la magia no quiero romper,
de la necesidad incipiente
de quererte,
hasta desfallecer.
Aquello que te envuelve
y me hace imaginar,
es el resultado de un pecado dibujado
encendido con el fuego
que ninguna agua puede apagar.
Y esperando que salgas
para poderte secar,
te observo.
De tu espalda mojada,
baja cristalina y lenta el agua,
paseándose por tu cuerpo.
baja cristalina y lenta el agua,
paseándose por tu cuerpo
con lentitud medida.
Acariciando tu piel a cada gota
recorre tu armadura,
donde mi lanza
marca el punto
donde quizás los secretos,
pierdan todos los miedos
y se mojen de verdad.
Ya no sé que contestar
a preguntas sin respuesta,
pues que el agua moja
es tan inevitable
como el quererte besar.
Y te observo con cautela,
la magia no quiero romper,
de la necesidad incipiente
de quererte,
hasta desfallecer.
Aquello que te envuelve
y me hace imaginar,
es el resultado de un pecado dibujado
encendido con el fuego
que ninguna agua puede apagar.
Y esperando que salgas
para poderte secar,
te observo.
De tu espalda mojada,
baja cristalina y lenta el agua,
paseándose por tu cuerpo.
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