miércoles, 5 de enero de 2011

Olvidarme es sacrilegio

Y aunque pienso que ya no estás
y te recuerdo cada instante,
olvidarme es sacrilegio,
de lo que para mí,
siempre ha sido amarte.
El deseo me consume,
en una realidad que es diferente:
el quererte y no tenerte.
La suerte siempre es 
de la que puede verte.
La que vive de tus labios.
La que come de tu boca.
El sabor de tus besos
se dibuja en mi memoria.
¿Y por que siempre quiero,
lo que no podré tener?
Maleficio del destino,
que marcó en mi camino
la silueta del hombre,
que nunca más, volveré a ver.





No hay comentarios:

Publicar un comentario